Todos necesitamos una isla a la que volver. Y todos tenemos una. Esa isla, es una isla en al que estamos a gusto, nos gusta su vegetación, su fauna, sus piedras a veces demasiado duras, el encanto desuso playas, y el poder perdernos en su bosque....pero al final nos conocemos esa isla tan bien, que necesitamos subirnos al bote y echarnos al mar. Queremos descubrir la magnitud del océano, saber si estila es única o si existe alguna más. Buscamos hallaron, adentrarnos en sus entrañas y retar nuestras posibilidades y nuestras fuerzas. Nos embarcamos en un viaje, en principio sin retorno, de exploración de lo desconocido. Esa travesía, puede durar años, días meses, horas o décadas.... Pero ninguna es como nuestra isla., son emocionantes, con diferentes paisajes, diferente vegetación, con una belleza increíble, pero no nos llenan, es como si a pesar de tenerlo todo, algo nos falta. Empezamos a echar de menos nuestra isla, deseando estar en ella y volver a explorarla, aunque ya la conozcamos toda ella y todos sus recovecos.
Si las fuerzas nos lo permiten, volvemos a subirnos al barco, y nos echamos al mar de nuevo. En eseviaje, nos encontramos con tormentas, con un mar embravecido, y las ganas de volver, ancestral isla son tantas, que nada nos hace rendirnos en nuestro empeño. Cuando tocamos tierra, bajamos audaces para sentir la arena de nuestra isla, sonreímos de felicidad al estar de nuevo en casa, y esperando recorrer la isla de cabo a rabo. Esa isla que tan bien conocemos y que tan bien nos conoce. Porque explorar esta bien, y nos ha ayudado a conocernos a nosotros mismos, y nos ha hecho ver que quien realmente nos conoce siempre esta ahí, esperando nuestra vuelta sin pedir ni exigir que no nos marchemos.
Todos necesitamos y tenemos una isla en el inmenso océano, a la que volver, con la que compartimos más que el mismo cielo.
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