Días raros, en los que me levanto, y ni la taza de café me pone en marcha. Días en los que me retraído y no me apetece contagiarse al mundo mi sonrisa, en los que prefiero la calma y la seriedad en mi rostro.
Esos días en los que no quiero compartir, ni ser políticamente correcta. Esos días en los que si te cruzas conmigo te diré lo que pienso en cosas que debería morderme la lengua. Porque yo soy muy así, cuando tengo el día retorcido, mi neurona se agudiza y suelo ser mordaz y certera, por lo que prefiero no tener mucho contacto verbal con ciertas personas por si... Mejor cautela.
Esos días, que no sabes como explicarlos pero te encierros en el caparazón, como si no salirte ahí, fuese a borrar nuestro mal humor, por llamarlo de alguna manera. Esos días, en los que tus amig@s te demuestran que no lo son tanto, o no como tu lo serias para con ellos.
Esos días en los que te apetecía gritarle la cara a más de uno unas cuantas verdades, que disfrazamos de corrección porque en el fondo no merece la pena gastar saliva. Esos días en los que me apetece apagar el móvil, todo medio de comunicacion, tele, radio, simplemente estar a solas conmigo mismo y mis pensamientos.... Y aun así esos días hasta me cuesta aguantarme ami misma, pues es cuando más crítica y objetiva soy.
Hoy es uno de esos dias, así que pondré un letrero, cerrado por exceso de sinceridad.
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