Dicen de mi, quienes me conocen, que mi sonrisa me describe, y en cierto modo tienen razón. Mi sonrisa me acompaña, intento que no se borre, que desde que me levanto hasta que me acuesto brille en toda intensidad. Esa sonrisa, solo es un reflejo de mi manera de ver la vida, de transmitir la ilusión con que emprende cada tarea o camino.
Cualidad o capacidad, no sabría describirlo, o ambas a la vez, pero así soy y así vivo. Tengo la suerte, capacidad o cualidad de ilusionarme con cada cosa que hago, con cada empresa que comienzo, hasta con cada libro que leo. Ello logra que lleve a buen puerto cada proyecto en el que me embarcó, porque esa ilusión, ese entusiasmo lo contagio a quien comparte conmigo cada uno de esos momentos.
La gente tiende a confundir a la gente con ilusión, con meros ilusos, y puede que seamos ilusos, aunque no siempre es asi. Ilusionarse, no quiere decir que no seamos conscientes de nuestros límites, de nuestras oportunidades, de nuestros defectos, lo somos y mucho. Lo que pasa es que la actitud es fundamental para lograr alcanzar cualquier meta, hacer cualquier cosa en el día a día. Si uno empieza la jornada derrotado, asqueado, cansado de su trabajo, de su rutina, cada vez será más cuesta arriba, más difícil de dar un paso. Sin embargo si tu buscas motiacion, ilusión en pequeñas cosas, desde el cambiar de ruta para ir a trabajar, o el de revisar el proyecto que tenias parado, o simplemente hacer algo de esa lista pendiente que guardas en el cajón. Poco a poco todo cambiará.
Dicen que el amor mueve el mundo, y el mundo la mueve la ilusión, esa misma ilusión que destelleaban nuestros ojos cuando éramos niños, y que poco a poco fuimos perdiendo. Ilusión es luz, es fuerza, es alegría, es.... Ilusión es actitud.
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