Llevo mucho tiempo mirando al vacío. Dejándome llevar por el vaivén de los días y el susurro de los meses.
El ir sin saber a donde, es como el esperar el no sé que. Al final todo es lo mismo y todo diferente.
Después de la distancia kilométrica entre las personas , hemos pasado a la metrica. Y de pensamientos colectivos a los individuales...
Nada es bueno ni malo, sino en su medida.
Por ello, cuando he dejado de correr, ir sin rumbo, me he detenido. He empezado a mirar a mi alrededor y caminar con calma.
Cada paso que doy, es sin prisa, mirando cada detalle que me rodea. Disfrutando de los pequeños placeres que me da este tiempo de incertidumbre.
He aprendido a estar en conexión conmigo misma y así la conexión con los demás fluye mejor.
Ha sido tiempo de cambios, y mi vida ha experimentado una tormenta de sucesos. Un huracán a devastado mi mundo, y como siempre ha salido el sol.
Todo lo que ocurre o te debilita o te hace más fuerte... cada uno decide, y he elegido el camino de ser feliz.
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