sábado, 25 de abril de 2015

Maria. En marcha

En cuanto puso en marcha el coche, sintió un pinchazo y no supo como entenderlo. Este último año había sido complicado y había aguantado cada uno de sus desplantes, que siempre sabia arreglar con buenas palabras.  
En el fondo, que era el? Era una persona que aparentemente la escuchaba,  la entendía, con la que charlaba hora y horas... pero era verdad o mentira las historias compartidas? 
Iba a ver a alguien que no sabía como era, si como era físicamente pero no por dentro,  sus inquietudes,  sus temores, sus anhelos.  Estos meses, después del plantón por causas ajenas, como simple le recordaba, el insistía en que la próxima vez nada lo estropeara.  Y Maria le creía,  le quería creer. 
Según avanzaba la carretera , miraba para su amiga que iba ilusionada,  mientras ella tenia la intuición de que algo no iba a salir del todo bien. Era solo una sensación, pero habían sido tan tan pequeñas cosas que no cuadraban. 
El mundo es pequeño, es grande pro al final todos estamos relacionados de alguna manera. Y aunque queramos esconder la basura debajo de la alfombra siempre sale. 
Le vino a la memoria aquella vez, que Laura, ex del susodicho, ella no sabia de la relación de María con él.  Pues Laura fue un fin de semana a la ciudad donde él residía, supuestamente, siempre supuestamente, no a a verle a él,  sino a otra persona. Maria sin ver mala intención le preguntó si había visto a Laura,  él  lo negó con razones no demasiado convincentes, y aún  así Maria le creyó.  Pero las mentiras tienen patitas cortas, y una amiga que sabía la historia y conocía a Laura , un día hablando del tiempo y de lo humano y demas, surgió el tema de la ciudad y .... sabe que a quien vi con Laura allí? . 
Maria no quiso saber más.  Eso sólo confirmaba lo que pensaba, él  le mentía una y otra vez sin sentido. Ellos no eran nada, solo dos personas que charlaban, se entendían,  y parecía que existía una conexión  entre ambos que podía ser algo más que una amistad. Qué necesidad de mentir?  Eso no lo entendía Maria, así que optó por volver a preguntarle y de nuevo lo negó.  Esta vez ella decidió no contarle todo lo que sabía,  era hora de ir un paso por delante. Y así fueron pasando los meses hasta estar donde estábamos,  Maria haciendo kilómetros  para conocer a alguien que no era más que la proyección de algo que estaba por definir. 
Siguió acortando distancia conduciendo sin detenerse más que lo necesario. Sus amiga es la que se mensajeaba con él. Maria le mandara los buenos días y un breve intercambio d e mensajes había sido suficiente, no quería más,  en un horas ya no necesitarían el teléfono,  era hora del face to face, de mirarse a los ojos y empezar a hablar sin disfraces, ni máscaras,  ni artificios que distorsionar la realidad. 
Recordaba sus palabras, esta vez nada podrá evitar vernos. Y Maria se aferraba con todo sus fuerzas a esas  palabras. No quería más decepciones,  se merecía encontrar a alguien, que no fuese mentira y que la quisiera por ella misma.  Y por qué  no él? 
Siguió conduciendo .... Su teléfono no recibía ningún mensaje. Avanzaba el coche y se reducían los kilómetros.... ningún mensaje en el móvil. 
Su amiga la miró  como leyendo sus pensamiento.  Maria todo va a salir bien, ya lo verás....Maria miró a la carrera y siguió conduciendo. Así sería.  


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