Gracias por escucharme, así de contundente y breve ha sido el mensaje que recibí en el móvil. Gracias, esa palabra que cada vez usamos menos y tantas pocas escuchamos. Perdemos las buenas maneras que tanto definen al hombre, al ser humano que siempre vivió en Comunidad y el individualismo estaba poco aceptado.
Ese gracias, me sacó una sonrisa. Una sonrisa sincera, desde dentro, pues es una persona que tanto peculiar para eso de exteriorizar sentimientos, aunque conmigo se suelte. Le cuesta mostrar sus debilidades, así lo entiende, y una de ellas es ser vulnerable emocionalmente. Ese gracias era más que un gracias, era todo un documento de agradecimiento.
Me gustó que fuese por escucharla, me gusta oírla, escucharla y a veces hasta cuando está callada. Escuchar tiene su complicación, prestar atención a las palabras de otro, que no siempre nos interesa, o que nos suena a historia recontada, vieja, pasada y pesada. En ocasiones escuchamos solo con el oído, otras con el corazón. Me gusta oír con el corazón y escuchar con todos los sentidos. Y cuando alguien lo necesita, dejo mis preocupaciones en casa, vacío mi mochila por si termina llena con los pensamientos y los rollos de otro. Me siento con latidos los sentidos despejados, e intento estar al cien por cien, y si puede ser al doscientos por cien.
Si nos paramos a pensar, si es usar es difícil, contar ciertas cosas para algunas personas, también lo es. Y si alguien no serie para hacernos partícipes de ellas, debiéramos ser lo más empaticos y respetuosos posible. En ocasiones olvidamos ese punto y somos de todo menos buenosreceptores de las cuitas de los demás, no siendo tan comprensivos si los emisores fuésemos nosotros y no recibiesemos la misma atención del elegido para explayarnos.
Así que el gracias recibido en el teléfono, me alegro doblemente, por venir de quien venia, y por saberme buena escuchando a quien lo necesitaba. Y ahora soy yo, la que da las gracias por elegirme, por confiar en mi, y por compartir esas cosas que cuesta tanto sacar.
Gracias y escuchar, dos palabras que llevan actos que olvidamos hacer cuando son tan necesarios como respirar. Las buenas maneras y buenas formas, no debiéramos olvidarlas y ponerlas en práctica más a menudo.
Así que gracias a cada uno de los que escucháis, bueno leéis mis pensamientos, mis cuitas y cada uno de mis post con tanto respeto y tanta empatia. Gracias
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