Las lágrimas ganan la partida y recorren mis mejillas, después de estar oprimidas durante largo tiempo. Ahora afloran sin encontrar ningún obstáculo a su paso. Corren libres sin que nada ni nadie las pueda detener.
A veces llorar es liberador, aunque prefiero llorar en soledad y en silencio, así la liberación es mía y sólo mía.
Hoy mi sonrisa está desdibujada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario